Armando Rodriguez Tacos Sonorenses Continua en la historia Desliza a la izquierda para continuar Semblanza del Chef La destreza culinaria del chef Armando Rodríguez lo ha llevado de extremo a extremo del país, literalmente, en boca de todos. ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ Es un personaje reconocido en el mundo de la gastronomía mexicana por su contribución a través de “Tacos de Armando” en su natal Hermosillo. Se trata de un negocio familiar que inició como una carreta de tacos y que, poco a poco, alcanzó el reconocimiento de sus comensales. El lugar es especialmente querido por la atención que brindan, donde la comida es sólo uno de sus pilares, pues el amable y cálido trato que reciben es igual de importante. Tacos de Armando multiplicó su fama tras aparecer en la serie de Netflix “Las Crónicas del Taco” en 2019. Desde entonces se volvieron un referente y pretexto para viajar a Hermosillo para probarlos. Asimismo, recientemente es posible deleitarse con sus recetas y los sabores de Sonora, en la sucursal de la CDMX. El platillo: Tacos sonorenses Los tacos del norte son buenos, lo sabemos. Su historia tiene que ver con el suelo y los españoles. Fueron ellos quienes introdujeron en tiempos del Virreinato la cría de ganado bovino y caprino. Y sucedió que la química especial de esa tierra árida al norte de México —que alguna vez estuvo debajo del mar— era ideal para que los animales pastaran. La carne por eso es más blanda, la grasa más sutil, el sabor más profundo. Si a ese ingrediente principal le añadimos el gusto norteño por cocinarlo todo a la parilla —sus desiertos están llenos de mezquites y ocotillos que hacen buena leña—, y pensamos que los españoles también descubrieron lo propicio de la zona para el cultivo de la vid y el trigo, entendemos lo mismo que, por ejemplo, un sonorense: un taco se hace con tortilla de harina y carne asada. ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ Ese sonorense es Armando Rodríguez, el genio detrás de los famosos “Tacos de Armando” en Hermosillo. Para contarnos a qué sabe su mundo, escogió como protagonista el rib eye. Lo rodeó de aguacate y tiritas de chile verde asado, dos ingredientes que conducen cualquier taco por buen camino; añadió textura e identidad a su pequeña obra maestra al acompañarla de una salsa roja con habanero. No hay taco sin salsa, es cierto, pero en Sonora las cosas del paladar (como las salsas) se tateman, se humean en el fuego, son fuego. Maridaje Para maridar este taquito, y algunas otras muestras de la cocina sonorense con estos ingredientes, el balance llega a la copa con El Avión de Juguete, un vino tinto joven, intenso y divertido. Se trata de un tinto compuesto de la variedad de uvas Grenache, Sirahz y Mataro, de la región Riverland/McLaren Vale/Langhorne Creek. Su aroma a cerezas, frambuesas y fresas harán que la experiencia comience en la nariz, para llegar al paladar de una manera suave y delicada. Cerezas jugosas, y un tanino sedoso. Acidez fresca y salivante. ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ Con esta propuesta de maridaje completarás el viaje de sabores que te llevarán hasta Sonora en cada mordida, sorbo a sorbo y entenderás porque un taco, con toda su sencillez, hace que los fieles comensales aplaudan el talento del chef Armando Rodríguez. También en esta ediciónIn this edition Roberto Bello Torre de mariscos Patricio Rivera Río Experto en vinos Rodrigo Rivera Río Huarache tampiqueño Oscar Herrera Costilla de res en chile pasado Robe Grill Tacos chillones Daniel Rivera Río Fresas con crema Ernesto Aguilera Ceviche Verde
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